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miércoles, 28 de septiembre de 2016

Ánade rabudo (Anas acuta) en el inicio del Camino Natutal-Vía Verde de la Plata

Cuando nos encontramos en el medio natural con una gran concentración de anátidas resulta verdaderamente complicado diferenciar las  especies que se presentan al otro lado de nuestros prismáticos. La variedad de plumajes, el dimorfismo sexual, las fases de eclipse... hacen que el observador inexperto acabe simplificando y termine por denominar a todo lo que ve nadando en el agua como un "pato" sin más. A veces incluso el birdwatcher novel mete en el mismo bombo a ánades, porrones,  somormujos, zampullines, fochas y gallinetas, llamando "pato raro" a lo que no es capaz de identificar con claridad.


Ánade rabudo en Alba de Tormes.


No es para menos. La identificación de especies como las anátidas requiere un profundo estudio previo en gabinete, destreza en el medio natural, y muchas, muchas horas de observación. Así, y sólo así, iremos controlando poco a poco la materia.
Cuando se organizan actividades para el gran público, y tenemos la oportunidad de observar  estas grandes concentraciones de aves en algún lugar del recorrido, lo mejor es que el grupo vaya acompañado de un buen guía que ayude, si no a ser un experto en aves, sí a experimentar  una vivencia que haga de la visita algo que nunca se olvide. La clave debe estar en interpretar los factores diferenciadores y conectarlos con otros presentes en ese hábitat. Es decir, no quedándose en si el "pato" es de un color o de otro, sino en reflexionar por qué están ahí, si siempre están o es algo excepcional, por qué el pico es de esa forma y no de otra, o si es capaz de volar o no, y por qué.
Guías ornitólogos expertos caen en los tecnicismos y restan de emoción al momento. Otros aún siendo muy doctos, delante de la audiencia, caen en la desmotivación y acaban llamando al lugar "un charco lleno de patos".
Todo es importante: el paisaje, la vegetación de las orillas, la red trófica, las relaciones ecológicas que puedan existir, etc, son recursos interpretables que no debemos dejar pasar por alto.
Pero toda la información que podamos analizar no sólo es útil para la interpretación. Para cualquier proyecto de restauración ambiental o de conservación de los hábitats también debemos considerar la presencia o ausencia de especies de anátidas a lo largo del tiempo, así como la presencia de otros indicadores ambientales que ayudan a controlar si la protección de los recursos naturales que se está aplicando es eficaz.
Ya hemos tratado en algunas entradas de este blog la identificación de anátidas en esta zona de confluencia del río Tormes con el Camino Natural-Vía Verde de la Plata. Como el Ánade azulón (Anas platyrhinchos), posiblemente el más común y reconocible, o el Cuchara común (Anas clypeata). Otros como el Ánade friso (Anas strepera) son frecuentes también en esta zona sobre todo durante el invierno.
Recientemente hemos observado la presencia de varios ánades rabudos (Anas acuta)  como el mostrado en la imagen del inicio. Ejemplares que, en esta época, posiblemente estén de paso hacia tierras del sur peninsular o del norte de  África.


Pareja de Ánade azulón en Alba de Tormes

Pareja de Cuchara Común en Alba de Tormes

Pareja de Ánades frisos en Alba de Tormes


martes, 20 de septiembre de 2016

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)

Sin el deseo de entrar en los fines ni en las fases que componen una adecuada restauración hidrológica (para lo que existe una bibliografía suficientemente extensa), en esta entrada del blog queremos destacar, desde nuestro humilde punto de vista, la importancia de crear espacios adecuados dentro de los humedales a restaurar que garanticen el establecimiento de la mayor variedad de hábitats posible.
Al hablar de restauración hidrológica se suele pensar en el aspecto de la vegetación y la diversidad paisajística: especies vegetales más apropiadas, estructura de la vegetación, creación de unidades homogéneas...Pero no es menos importante tener en cuenta también otros aspectos relacionados con las dinámicas de erosión-sedimentación, caudales, clima, etc.
Con un análisis previo de las necesidades ecológicas del humedal y el conocimiento de las condiciones naturales existentes, se podrá establecer una buena planificación de la restauración. Con el tiempo, se desarrollarán diferentes nichos ecológicos y ecotonos que favorecerán la colonización espontánea de nuevas especies, tanto de flora como de fauna, aumentando la Biodiversidad.
Uno de los elementos a favorecer son las playas y aguas someras. En la restauración de muchas orillas esto no se entiende y suelen olvidarse de los lugares con estas condiciones ecológicas. Predominan así demasiadas orillas con taludes de fuertes pendientes, provistos de escolleras artificiales de piedra. Todo eso va a impedir que el humedal sea colonizado por ejemplo por aves como las limícolas.
En este caso mostramos a este Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) a orillas del río Tormes en una zona en proceso de restauración. Especie principalmente costera, a veces se deja ver en los humedales del interior en la época de migración. Ha elegido esta playa somera para descansar y alimentarse en su viaje hacia el sur. Su destino probablemente sean las playas de Doñana o del norte de Marruecos. Conservando espacios como este nos permitirá seguir disfrutando de su presencia en el futuro.










jueves, 15 de septiembre de 2016

A orillas del Tormes

El final del verano en la ribera del río Tormes ofrece una buena posibilidad de estudiar la vegetación. Pronto llegará el otoño y desaparecerán hojas y flores que nos ayuden a la determinación de la especies y a la confección de nuestros herbarios.
También, por otra parte, el ecosistema ribereño se encuentra en su apogeo de productividad vegetal y en consecuencia el paisaje que podemos observar es muy rico en texturas y tonalidades. Más aún si cabe debido al contraste con las dehesas cercanas.
Las aves que frecuentan ahora la ribera son diversas, algunas sedentarias y otras esporádicas, pero todas compartiendo un mismo hábitat. Las plumas halladas en el suelo en esta época nos ayudan a estudiarlas.
Nos hemos acercado en esta ocasión al LIC Riberas del Río Tormes y Afluentes perteneciente a la Red Natura 2000, en las cercanías del Camino Natural-Vía Verde de la Plata, para no dejar de analizar y de recabar información sobre los recursos naturales allí presentes. Esta información puede llegar a ser muy útil en la interpretación y educación ambiental así como en la gestión y seguimiento de acciones que se puedan realizar en el medio ambiente próximo, como por ejemplo la restauración de zonas degradadas, o la recuperación de hábitats y de la vegetación autóctona.


Garza real con Ánade azulón



Ecosistema de ribera y encinar cercano al inicio del Camino Natural-Vía Verde de la Plata

Papamoscas gris

Vegetación de Ribera del Tormes y al fondo, entre encinas, el Camino Natural-Vía Verde de la Plata

Juvenil de Somormujo lavanco


Abubilla buscando insectos

Andarríos

Pico menor en el tronco de un sauce

Garza real en un Fresno

Lythrum salicaria