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sábado, 20 de septiembre de 2014

El Espino albar (Crataegus monogyna)


Los espinos o majuelos tiñen de rojo el bosque de ribera como lo hicieron de blanco en la primavera. El espino albar es una especie del estrato arbustivo que hace acto de presencia en formaciones como los encinares adehesados o los bosques de ribera.






En los márgenes del río Tormes y de sus afluentes aparece en la asociación vegetal de sotobosque de ribera (Rubo ulmifolii-Rosetum corymbiferae) junto a otras especies como la zarzamora (Rubus ulmifolius), los escaramujos (Rosa canina y Rosa corymbifera), la madreselva (Lonicera etrusca), el lúpulo (Humulus lupulus) y la nueza negra (Tamus communis), constituyendo uno de nuestros hábitats de mayor importancia. Esta vegetación es utilizada por multitud de aves y micromamíferos como refugio y lugar de cría. Además ofrece en otoño gran variedad de frutos que son un recurso importante para muchos de esos organismos. Sin ir más lejos los frutos del espino albar son por ejemplo una fuente de alimento para aves como el zorzal o el mirlo. Son frutos con una única semilla y al ingerirlo las aves favorecen su dispersión.



Las majuelas, como se conoce al fruto del espino, poseen un alto valor energético. Por eso el ser humano las ha consumido desde el paleolítico y le ha atribuido además a esta planta numerosas propiedades medicinales.
A pesar de su importancia ecológica y cultural, este tipo de vegetación espinosa ha desaparecido o ha sufrido graves alteraciones en muchas de las riberas. Su fama de vegetación improductiva y molesta para muchos de los actuales usos del suelo, ha conducido a su eliminación y a la sustitución por plantaciones de chopos, cultivos o pastizales. Ha quedado restringida a una pequeña banda cercana al nivel de crecida anual de los ríos o a sotos aislados y acequias abandonadas.
Este tipo de asociaciones vegetales deberían ser tenidas más en cuenta en los planes de restauración de riberas.
En un proyecto personal de recuperación de un bosque de ribera degradado, ya mencionado en entradas anteriores de este blog, hemos establecido como uno de nuestros principales objetivos favorecer este tipo de vegetación espinosa. Las acciones concretas han sido por ejemplo mantener pies de escaramujos y zarzamoras durante las tareas de corta y limpia, o la plantación de especies como el espino albar, que habían desaparecido.
La metodología en la plantación de espino albar ha consistido en la realización de semilleros para la obtención de plantones. Las semillas fueron recogidas en la zona y han necesitado un tratamiento previo para favorecer su germinación. Con un año o dos de edad los plantones son trasplantados al terreno con la esperanza de que esta especie recolonice el espacio.

Semillas de espino albar:



Plantón de una savia de espino albar:

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