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miércoles, 24 de junio de 2015

Polluelo de Oropéndola

Cuando son realizadas actividades con grupos de personas en plena naturaleza la improvisación esta a la orden del día. Es importante saber aprovechar cualquier recurso que nos ofrezca el medio para dar a conocer a los destinatarios los valores naturales del lugar. Una huella, un excremento, una pluma, o como en esta ocasión, un juvenil de cualquier ave puede convertirse en la anécdota del día. Un detalle que podría salvar una jornada desierta en cuanto a observaciones se refiere.
En este caso el hallazgo fue un polluelo de oropéndola fugado ya del nido y que los progenitores estaban cebando. Con el ave en mano pueden estudiarse con mayor detenimiento detalles del plumaje y anatomía. Durante escasos instantes, para no estresarla demasiado, pudimos disfrutar de esta joven oropéndola que fue inmediatamente liberada al medio natural. Esperemos que este ejemplar alcance su destino africano una vez finalizado el verano que acaba de comenzar. SUERTE!


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