Los valores de pluviometría en el mes de marzo pueden tener gran importancia en diversos aspectos relacionados con el medio ambiente como caudales fluviales, niveles freáticos, humedad edáfica, desarrollo de la vegetación, niveles de polen, niveles de contaminación atmosférica e incluso en el riesgo de incendios.
Los modelos de predicción estacional de la precipitación de la Agencia estadounidense NOAA nos indican que la precipitación al final de este invierno en la Península Ibérica tenderá a ser por encima de lo normal.
Eso significa que las borrascas llegarán con mayor probabilidad al sur de Europa. La facilidad para la entrada de las borrascas atlánticas causantes de las precipitaciones en el sur de Europa tiene una enorme relación con las presiones atmosféricas dominantes. En el estudio de las presiones sobre el área del Atlántico Norte juega un papel fundamental el análisis de la denominada NAO.
La Oscilación del Atlántico Norte (NAO en sus siglas en inglés) consiste en una oscilación atmosférica existente entre el anticiclón subtropical de las Azores y la región de bajas presiones cerca de Islandia. Objetivamente ha sido definida mediante un índice que mide la diferencia de presión en superficie entre Gibraltar y la estación de Stykkisholmur (Islandia).
Este índice plasma la variabilidad de la circulación atmosférica sobre todo el continente europeo y por lo tanto puede ser utilizada también para el estudio de variabilidad atmosférica sobre la Península Ibérica, especialmente en invierno, cuando es más pronunciada.
El estudio de la NAO es de gran importancia, ya que posee mucha influencia sobre los vientos asociados que ejercen un papel determinante en la llegada o no de masas de aire al occidente de Europa, y por lo tanto a sus regímenes de precipitación. Muchos investigadores han identificado la NAO como el fenómeno a gran escala más importante que controla la precipitación invernal sobre el oeste de la Península Ibérica.
Se suele observar, en concordancia con la definición del índice, que los años con índice NAO negativo se corresponden con años especialmente lluviosos sobre la Península Ibérica y relativamente secos en latitudes mayores, mientras que para los años con índice NAO positivo se observa el fenómeno opuesto.
Una NAO positiva quiere decir que la presión en superficie en Islandia es menor que en Gibraltar, se favorecen entradas de masas del oeste en el norte de Europa, y en el sur, donde se encuentra la Península Ibérica, existe una predominancia de vientos del este debido al dominio de las altas presiones. Si la NAO es negativa sucede al revés, en el norte de Europa poseen flujo del este predominantemente y en el sur de Europa dominan las masas procedentes del oeste asociadas a mayores precipitaciones.
Parece ser que en la situación actual del final del invierno predomina la NAO negativa de ahí que los modelos nos indiquen una mayor probabilidad de lluvias en el sur de la fachada atlántica.