Otro cultivo oleaginoso que comparte con los trigos y cebadas el paisaje salmantino son los campos de girasoles (Helianthus annuus). Al igual que la colza es utilizado para la obtención de biocombustibles debido a la elavada concentración en aceite de sus semillas (pipas). El aceite obtenido es utilizado también comunmente con fines alimentarios, y es rico en vitamina E. Además debidamente tostadas las semillas son un aperitivo muy consumido.
El girasol es originario de america como la patata, el tomate o el pimiento, y no se comenzó a cultivar en España hasta el siglo XVI. Durante los meses de agosto, cada año, los campos de girasoles se han convertido en uno de los elementos del paisaje más frecuentes en las llanuras cerealistas, inmersos entre el mosaico de barbechos ocres y rastrojeras amarillas de los cereales ya cosechados.
Los campos de girasol suelen ser frecuentados por avutardas, bandos de palomas torcaces y perdices rojas. Sirven de refugio para muchas especies de fauna después de que la cosecha de cereal haya hecho desaparecer el estrato herbáceo prácticamente en su totalidad, a excepción de posíos y linderos.
La Armuña, Tierras de Alba, Campo de Peñaranda y la Armuña chica son algunas de las comarcas salmantinas donde en sus amplias llanuras es posible difrutar de este paisaje durante esta época del año.
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