Los alojamientos de turismo rural ofertan por imperativo legal diversas actividades, entre ellas con frecuencia se encuentran las denominadas "rutas". Aunque no siempre es así, las empresas al ofertar las rutas en sus webs, flayers y establecimientos, describen la actividad de una ruta de una manera poco atractiva, reduciéndose a una mera invitación a realizar un itinerario señalizado o a una sucinta explicación acerca de la orientación, para ser estas rutas finalmente realizadas en la mayoría de las ocasiones de forma autónoma por parte los usuarios. Con esta forma de actuar se corre el riesgo de desaprovechar muchos recursos que pasarán desapercibidos y que podrían mejorar la estancia de los que nos visitan.
En primer lugar una ruta resulta atractiva si ofrece la suficiente confianza y seguridad para su realización. Además la ruta debe mostrar unos valores naturales, etnográficos, arqueológicos o arquitectónicos que susciten un interés al visitante, con puntos o zonas dentro de ella dignos de mención y observación. El rutero vivirá así una experiencia única, mostrándose un marcado carácter diferenciador frente a otras ofertas existentes. La clave está en que el visitante sienta que ha vivido algo especial. Quizás esa sea la mejor campaña publicitaria para potenciales futuros clientes del alojamiento.
El exterior de los cascos urbanos ofrece al visitante paisajes y perspectivas diferentes
Las rutas o itinerarios pueden ser autoguiados o guiados. Las autoguiadas poseen un material de apoyo como trípticos, guías, señalética, mesas informativas, etc y se pueden realizar de forma autónoma, aunque en ellos no se descarta la posibilidad de hacer uso de un guía. Las guiadas en cambio requieren inevitablemente la presencia de un guía, preferentemente local, que interpreta y muestra al usuario de la ruta los valores más destacados. Por ejemplo muchos eventos naturales son efímeros o temporales, difíciles de plasmar en ninguna señalética, haciendo del acompañamiento de un guía un valor añadido a cualquier propuesta de recorrido.
Ciñéndose a rutas en la naturaleza, por parte de diversas instituciones se han creado itinerarios autoguiados con gran esfuerzo inversor en señalética, equipamiento y publicaciones. Las conocidas Rutas Ornitológicas del Proyecto TRINO son un claro ejemplo en Castilla y León (Una de ellas en Alba de Tormes). En otro sentido en la provincia de Salamanca bajo la denominación de “Caminos de Arte en la Naturaleza” se han creado cuatro rutas autoguiadas: “Camino de los Prodigios”, “Bosque de los Espejos”, “Camino de las Raíces” y “Camino del Agua”.
Grupo en un punto de interés en el "Camino de las Raíces"
Transitando por el "Camino del Agua"
Otros ejemplos a un nivel más local son el “Camino de las Aceñas” en las cercanías de Alba de Tormes o las rutas ofrecidas en la guía de servicios de esta localidad: “Ruta de Otero”, “Senda del agua I y II”, “Ruta húmeda de los cuatro ríos” y la “Ruta de las aves esteparias” .
Los restos de la Aceña del puente en el "Camino de las Aceñas" actualmente se encuentran entre la densa vegetación
Uno de los puntos de interés del "Camino de las Aceñas"
Todas estas rutas podrían ser útiles para ser incluidas en paquetes turísticos que se diseñen en la zona. Pero como se puede adivinar este tipo de rutas autoguiadas en principio ya ofrecen autonomía al usuario permitiéndole que pueda realizarlas sin necesidad de hacer ningún tipo de reserva o contratación.
El turista, o incluso el gestor turístico, se puede preguntar: ¿Hay algo interesante que no figure en la señalética y/o publicaciones?. A ninguno se nos escapa que el material elaborado está limitado espacialmente, además de que no plasma algo fundamental en la naturaleza, la espontaneidad. Esta claro que no es posible redactar absolutamente todo en un folleto o en un panel, por ejemplo: una Amanita caesarea que puede pasar desapercibida al pie del sendero…el efecto producido por la corriente del agua en una pesquera….el vuelo espontáneo de un grupo de grullas…la identificación correcta de una planta medicinal que hallemos en el camino, etc. Y por otro lado, por muchas aplicaciones de móviles que se creen, vemos dificil que pueda existir una aplicación que encargue un vuelo de grullas a las 17:45 en un lugar prefijado.
No obstante, como ya hemos comentado, las rutas autoguiadas existentes siguen siendo muy útiles para el diseño de paquetes turísticos en colaboración con empresarios de hostelería, instituciones, asociaciones, etc. Pero la creacion de rutas guiadas y el acompañamiento por parte de un guía local conocedor de los recursos (aves, vegetación, peces, hidrología, etnografía, arquitectura, etc) además de aportar atractivo a la oferta turística, contribuye a fijar población en la zona y a la conservación del entorno. Es sabido que entre muchos visitantes aficionados a la naturaleza es demandada la presencia de guías autóctonos ya que prefieren que su dinero se revierta positivamente en la población local.
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