Tras observar con frecuencia un ejemplar en un posadero natural a orillas de una charca, desde primavera decidimos montar nuestro hide para intentar inmortalizarlo en una foto. Llevábamos meses intentando tomar una instantánea del Martín en este lugar…pero se resistía. El verano no nos había dado aún la oportunidad a pesar de las calurosas esperas en el interior del hide. Tras probar diversas ubicaciones de nuestro escondite y buscar las distancias óptimas, por fin una tarde inusualmente fresca del mes de julio tuvimos suerte. La distancia al posadero no era la deseable para tomar unas buenas fotos, pero al fin el Martín tuvo la suficiente confianza como para concedernos unos lances de pesca desde el posadero y las ramas aledañas. Fueron pocos los minutos, pero hicieron que las horas de espera merecieran la pena.
Santi your kingfisher shots are great to see; always a very special bird to come across
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