Recursos medioambientales

Blog de Santiago Domínguez Martín

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domingo, 3 de febrero de 2013

Cormorán grande

Los cormoranes grandes son aves buceadoras que se alimentan de peces tanto en el entorno marino como en las masas de agua del interior. Los cormoranes, sobre todo en invierno, siempre han penetrado en el interior de la Península Ibérica y se han localizado en el entorno de grandes masas de agua como los embalses, ríos y lagunas. Los cambios en el entorno fluvial desde mediados del siglo XX no han hecho más que favorecer la presencia de esta ave. Por ejemplo los embalses les proporcionan un entorno muy adecuado. Por otro lado la proliferación de piscifactorías les ha proporcionado un abundante alimento fácil de obtener. Por esta razón a partir de los años 90 la presencia en la ribera del Tormes ha sido más apreciable.

No parece una ave especialmente bella pero una de las características estéticamente más destacables que tienen los cormoranes son los ojos de intenso color verde.



El cormorán posee un apreciable saco gular que le sirve para almacenar alimento, y sobre todo para refrigerarse en los días de exceso de calor. El saco gular no es más que una extensión de piel algo prominente que surge en la parte inferior del pico de estas aves y que adquiere coloraciones blancas y anaranjada.







Las aves, sobre todo las de entornos acuáticos, poseen una glándula uropígea que segrega un aceite que extienden por todo su plumaje durante el acicalamiento. Esa sustancia les sirve para proteger el plumaje frente a la humedad. Sin embargo se suele afirmar que la glándula uropígea de los cormoranes carece de la capacidad de segregar el aceite necesario para impermeabilizar suficientemente sus plumas. Otros en cambio afirman lo contrario y sí le atribuyen tal función. Lo que yo he podido observar es que las plumas  de cormorán que he recogido en el campo poseen un fuerte olor oleaginoso que me conduce a pensar que sí se encuentran impregnadas por  un aceite.

Los cormoranes se agrupan en dormideros sobre árboles cercanos a las riberas. En el Tormes, sobre todo en invierno, se les puede observar sobre álamos o alisos.
Bajo estos dormideros es apreciable la concentración de guano (excrementos). Los excrementos de cormorán son ricos en Nitrógeno, Fósforo y Potasio, que en exceso puede provocar una eutrofización del suelo bajo los dormideros y afectar al desarrollo óptimo de la vegetación y al equilibrio de las reacciones que los microorganismos realizan en el horizonte más superficial.











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